No se admite publicidad si los anuncios, las palabras clave o los sitios contienen calificativos raciales o religiosos, alientan ataques contra personas o sus bienes, fomentan conductas que es probable que amenacen la seguridad personal o pública, fomentan conductas que ponen en peligro el entorno natural, hacen campaña en contra de personas, negocios (o sus productos) o grupos, tienen capacidad para entorpecer el desarrollo físico, intelectual o moral de niños y jóvenes, o contienen afirmaciones que parecen a todas luces falsas. No se admite lenguaje incendiario o calumnioso, ni tampoco que pueda conllevar actos violentos.